Le Christ est cloué à la croix, pour rendre encore plus crédible la crucifixion, les soldats romains prennent la précaution de le cacher à la vue des spectateurs.
Connaissant par coeur maintenant les trajets, les diverses scènes, le timing de la procession, je suis planqué derrière les grilles de la pyramide, de là j’ai un point de vue privilégié, plongeant sur la scène qui se déroule.
Discrètement un soldat sort un flacon contenant une teinture rouge et tache les paumes de main du Christ.
La croix est prête à être dressée entre les deux croix des larrons.

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

Estas palabras de compasión de Cristo martirizado en la cruz ante el desprecio de aquellos por los cuales dio la vida estremecieron a 5,000 personas que ayer fueron testigos del vía crucis viviente de Acanceh.

Fue la representación anual de Viernes Santo, en la que jóvenes del grupo apostólico Renacimiento escenifican el Calvario de Jesús.

Como indica el relato bíblico, el Mesías fue crucificado junto con dos ladrones, Dimas y Gestas. Ahora el escenario de fondo fue la gran pirámide. Desde temprano, la gente comenzó a llegar a Acanceh, donde cada año se presenta el vía crucis viviente más concurrido de Yucatán. Poco después del mediodía el flujo vehicular en las calles del centro de la población se vio interrumpido, señal de que la representación estaba por comenzar.

Los actores que participaron en el montaje —150 en total—, caracterizados como gente del pueblo o pretorianos romanos, se mezclaron entre la multitud de espectadores. Una breve llovizna no mermó el ánimo del público y los actores, quienes recrearon los distintos pasajes del martirio de Jesús en varios puntos del centro de la comunidad, de la Plaza Principal a las calles aledañas y, finalmente, a los pies del monumento prehispánico, donde se colocaron las tres cruces de casi cuatro metros de alto que sirvieron para la última parte del relato. »
Emanuel Rincón Becerra